Odiaría mi vida de no ser por mis amigos, la música y otras cosas más. Ellos son mi vida.

sábado, 16 de febrero de 2013

Dia 14/2 y madrugada del 15/2: Dia de los enamorados.

Tarde 14/02/13
Es la tarde  y te encuentras en mi casa con uno de mis mejores amigos quien ya esta acostumbrado a vernos así de juntos pero trate de resistirme a ti y no pude, eres una debilidad mía y lo sabes, basta con acercarte y mirarme que saber que caeré a tus pies. Que te aproveches de eso es una de las cosas mas lindas e irónicas que me puede pasar. Dicho y hecho. Algo inusual fue lo que me llamo la atención, tus besos cambiaron, tus besos ya no eran salvajes, ahora eran tiernos. Tus besos eran sobre mi mejilla. Tu nariz rozaba la mía en cada acercamiento que teníamos y se complementaba con nuestros cruces de mirada.
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Noche 14/02/13 y Madrugada del 15/02/13
Cae la noche y si bien demoramos llegamos a nuestro punto de encuentro, no mucho que contar mas que esas históricas salidas con amigos. Un parque, 10 locos estúpidos y millones de vecinos quejándose. Memorable. 
 No hay mucho que contar hasta que decidimos ir a caminar por el pequeño parque hasta toparnos con una parada de colectivo abandonada, vieja, todos la conocemos pues estuvo ahí en el barrio desde tiempo atrás pero al estar dentro de ese parque hicieron una nueva fuera de el y sobre la vereda, raramente jamas tiraron abajo esa pequeña e insulsa construcción de piedra. 9 locos estúpidos quedaban en pie, 3 de ellos se subieron al techo de esa construcción y quien les habla fue una de ellas. Quien les habla tiene pánico a las alturas. Quien les habla se negó a bajarse. Quien les habla es una estúpida y gracias a ello pudo pasar el momento que les contaré.
 El resto de los 6 locos estúpidos quedaron haciendo de sus locuras estúpidas, y uno loco estúpido del techito ese se bajo y se sumo a la diversión que ocurría metro y medio abajo. En tanto que mi loco estúpido favorito y yo nos quedamos ahí arriba.

Silencio, solos el y yo. Un manto de estrellas y sus ojos era lo único que podía detenerme a mirar. Mi debilidad siempre fue ver las estrellas, nunca supe precisamente por que ver puntos que brillan a años luz de mi me atrae tanto, pero es así, y nunca mirar las estrellas fue mas lindo que hacerlo con el a mi lado, entre sus brazos. Cada tanto, se volteaba a verme y me daba un beso tierno, como los que a mi me gustan. Su celular desprendía las notas de sus canciones favoritas y el su voz cantando las mismas con placer. Otra cosa en ti cambio, no te importo si hubiera alguien cerca o observando, simplemente viviste el momento que difícilmente se desprenda de mi memoria.

Al cabo de unos minutos y de caer en la realidad que por un momento el me hizo olvidar, nos dimos cuenta de donde estábamos y que teníamos que hacer, debíamos bajar de allí. Como dije antes, me negué con todas mis fuerzas pero el si bajo. Otra vez eran 9 locos estúpidos riendo como unos locos desaforados en la madrugada del 15, los colectivos pasaban y la gente se bajaba en la parada renovada, en tanto que nosotros los observábamos desde la vieja que esta metros mas atrás. Y así fue como las horas fueron pasando, y como si fuéramos nómadas en busca de un lugar para asentarnos decidimos irnos de donde estábamos, 8 de los 9 locos estúpidos estuvieron de acuerdo pero, quien les habla, fue la número nueve que no quería bajar. Pusimos a prueba la inteligencia de cada uno pero al fin y al cabo de analizar las 101 formas de hacerme bajar, nada resultó, pues mi cobardía era grande y poderosa. Llegando al punto del hartazgo 7 de los locos estúpidos se fueron y abandonaron el lugar, en tanto que para mi sorpresa, mi loco favorito se quedo allí conmigo. Fue en ese momento en que cada fibra de mi cuerpo deseaba que se quedara ahí, pero no quería que se perdiera del resto del momento y supliqué que se vaya, fue ahí cuando las mejores palabras que pudo haberme dicho alguien jamas se desprendieron de su boca... 'No te voy a dejar sola' me dijo, y por un nano segundo pensé que le importaba y francamente se sintió hermoso. Luego de vueltas y vueltas a la parada intentando descubrir una forma para bajarme de ahí en la que no tuviera miedo te pregunte '¿Que estas haciendo?' pues ya estaba desconcertada y me respondiste 'Quiero subir'. Fue como un, ¿No bajas? Bueno, subo yo. 

Fue ahí cuando me demostraste que no me ibas a dejar sola en verdad aún así cuando te suplicaba que te fueras. Apunto de morir de frío sola allá arriba, lograste subir y me abrazaste, la misma escena de minutos atrás se repitió, solo que perduro mas tiempo y los besos se multiplicaron. Luego con solo decirme 3 palabras me convenciste de bajar 'bajate por mi'. Te bajaste y me dijiste que me ibas a ayudar, que no me iba a raspar, me ofreciste tu remera y tus pantalones para que no me raspara, fuiste mas que atento. Ni bien  baje me fue inevitable besarte y abrazarte, estaba muerta de frió y no te importo que mis heladas manos tocaran tu rostro o abrazarme con la abultada campera que traía puesta. Temblaba.
Luego comenzamos a caminar, cuando quisimos darnos cuenta estábamos solos, el resto de los locos estúpidos se había ido y volverían en breve así que sin mucho que decir son sentamos en la rama de un árbol y ni bien me miraste me acerque a ti, nos besamos como si fuera la primera vez... solo que esta vez te fue inevitable contenerte, mientras nuestras narices se rosaban y nuestras miradas se chocaban se produjo un diálogo que difícilmente se me olvide:
- 'Te quiero'.
- 'Yo también, gracias' contesté.
- 'no es lindo que te digan eso, no me des las gracias'.
- 'No, no es lindo, es hermoso' le dije.
Y te callaste, abrazándome, pues seguía temblando.
Seguimos caminando y cada 10 pasos nos frenábamos, nos mirábamos, yo con la mirada al cielo, y vos a la tierra, y aun así estando yo en puntas de pie, debías agacharte.
Seguimos caminando, por un momento el pequeño parque se volvió infinito, por un momento no me fijé en las luces, no me fijé si había alguien viéndonos, solo tenia en mi mente las estrellas y tu mirada, solo te tenia a vos enfrente. Nos sentamos a la sombra de un árbol, que irónicamente hacía sombra de noche a la luz de la calle. 

Ambos nos mirábamos y nos reíamos, recordábamos nuestras imperfecciones y nos basureabamos entre si, con cariño. Fue entonces cuando entre risas decidimos hacer nuestra quinta 'despedida'. Si, es la quinta vez que decimos que nada va a pasar, supongo que asumimos que no va a ser así jamas. En un instante yo ya estaba sobre ti, tus brazos rodeaban mi cintura y los mios tu rostro. Recordé que te gusta que te muerda, y lo hice. Recordaste que me gustan los besos tiernos y esos me diste, bah, no lo sabias simplemente le atinaste. Tu mano se entrelazo con la mía hasta que, luego de un rato, nos fuimos. Ni el mismísimo hecho que nos paráramos logro despegar nuestras manos. Por primera vez, después de tantas veces de besarte, acariciarte o simplemente abrazarte, te sentí, te sentí ahí conmigo.
Caminamos sabiendo que los locos estúpidos volverían pronto y que de esto solo sería testigo las estrellas, nadie mas lo sabría ademas de el y yo. A punto de llegar al lugar de encuentro me dijiste 'Estamos de la mano' y no, no lo había notado hasta después de el. Estaba prestando atención. ¿Que le pasa? ¿Que bicho le pico a este? pensaba en mi cabeza. Nunca le conteste, estaba entre anonadada entre la brecha linea entre mis sueños y la estupidez total. Rozando lo absurdo. Los locos estúpidos llegaron y el resto es historia, nosotros volvimos a ser esos ''amigos'' frente al mundo y seguimos haciendo las mismas locuras estúpidas que siempre junto a los demás.







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